Acabo de escribir un relato que hace tiempo -años- que me rondaba por la cabeza. Está en bruto, creado de un tirón (en realidad de cuatro tirones) pero ya lo siento como satisfactorio. Tiene algo de acción y una idea interesante y espero, si luego de la pulida queda bien, puedan leerlo pronto (bah, pronto, ya saben cómo es esto, en algunos meses estaría bien).
Transcribo algunos pasajes:
"Lara asiente en silencio y echamos a andar rumbo al lago. Cerca de la orilla hay una pasarela que conduce a un puente antiguo pero sólido. Caminamos hacia él besándonos cálidamente y nos sentamos en los primeros peldaños de la escalinata que asciende hasta el puente. Desde esta ubicación tenemos el agua a los lados, meciéndose pacíficamente, y al frente la vista de la avenida costanera que se aleja serpenteando hacia los complejos universitarios de Lancaster Dell. Las torres no son demasiado altas pero sí muy abundantes, y por encima de ellas el sol es una bola de fuego consumiéndose lentamente.
—¿Crees que acabaré graduándome? —pregunta Lara mirando a la distancia—. Detesto tanto las clases de álgebra…
—Sé que lo harás. Confío en ti. Tienes capacidad para lograrlo.
Lara sonríe melancólicamente y repasa los rasgos de mi rostro como queriendo memorizarlos.
—¿Y nos iremos a vivir juntos luego? ¿Tú y yo, solos en las colinas Marshall?Resoplo mentalmente."
—¿Crees que acabaré graduándome? —pregunta Lara mirando a la distancia—. Detesto tanto las clases de álgebra…
—Sé que lo harás. Confío en ti. Tienes capacidad para lograrlo.
Lara sonríe melancólicamente y repasa los rasgos de mi rostro como queriendo memorizarlos.
—¿Y nos iremos a vivir juntos luego? ¿Tú y yo, solos en las colinas Marshall?Resoplo mentalmente."
"—Es demasiado —se queja—. ¿No hay otra forma de decirlo?
Me vuelvo hacia ella con una sonrisa triunfal y afirmo con la cabeza. Sé que debo tener un aspecto demencial, pero es que estos temas me fascinan.
—Sí, hay otra forma. Piensa en nosotros como si fuéramos mineros que un día hicimos un pozo de mil metros de profundidad y construimos una cueva para quedarnos a vivir. No conformes con esto seguimos cavando y nos encontramos con otra cueva mucho mayor, pero que no es nuestra.
—¿Y de quién es?
Alzo las cejas y tardo en responder
—No lo sé, pero tal vez ya me los haya cruzado."
Me vuelvo hacia ella con una sonrisa triunfal y afirmo con la cabeza. Sé que debo tener un aspecto demencial, pero es que estos temas me fascinan.
—Sí, hay otra forma. Piensa en nosotros como si fuéramos mineros que un día hicimos un pozo de mil metros de profundidad y construimos una cueva para quedarnos a vivir. No conformes con esto seguimos cavando y nos encontramos con otra cueva mucho mayor, pero que no es nuestra.
—¿Y de quién es?
Alzo las cejas y tardo en responder
—No lo sé, pero tal vez ya me los haya cruzado."
Este relato, algo cambiado y corregido, resultó finalista del certamen Alberto Magno 2011 de la UPV. Aún no fue publicado.
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