Retornando de un extenso paréntesis, durante el cual escribí apenas algunos relatos cortos y repasé otros tantos, les transcribo algunas líneas de un pequeño cuento distópico que busca su lugarcito en el mundo editorial:
"Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río. Ni siquiera una vez. Está prohibido. Los ríos son propiedad privada y una docena de francotiradores te acribillarían sólo por acercarte a ellos. Esta es la realidad del siglo XXII tan pronosticada por nuestros desoídos padres y abuelos, y es nuestra cruz aceptarla. El agua es el nuevo oro blanco, la droga más poderosa sobre la faz de la tierra porque TODOS la necesitan. Y en grandes cantidades. ¿Cómo nos la quitaron? ¿Cómo fue que de ser libre y gratuita para todos, cien años atrás, pasó a ser un producto invaluable, controlado por un puñado de personas poderosas, hoy en día?
Así fue:..."
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